LA COMISIÓN DE GÉNERO DE RACING CLUB DE MONTEVIDEO
Tenemos que hacer ajustes en los arreglos existentes para abrir las instituciones a aquellas personas que han sido históricamente excluidas de ellas.
Sara Ahmed
El cuento puede parecer más o menos conocido: un grupo de mujeres hinchas de la Academia sintieron la necesidad de abrir espacios nuevos para, por un lado, organizarse y, por otro, generar nuevos vínculos y acciones en el club de sus amores. Todas hinchas, todas socias, todas juntas: Rossana Echeverry, Valentina Varela, Daniela Centena, Camila Testón y Mariana Voetter.
Ellas se reúnen por la nochecita, en la sede oscura del Racing Club de Montevideo, sobre la calle Millán, en el predio que se extiende al costado del Estadio Parque Osvaldo Roberto. Insisten, golpean puertas, organizan eventos, aun cuando la participación o adhesión es cuestionada. Es que ahora Racing es las dos caras de una misma moneda: el club de barrio, el de siempre, y es también la sociedad anónima deportiva (SAD), desde 2021, que separa ese mundo territorial y tangible, de historia, barrio y pasto, con un negocio deportivo que busca ganancia y profesionalismo como sinónimo de inversión. En este cruce de caminos, nace la Comisión de Género y Diversidades de Racing.
La sede sobre la calle Millán está en penumbras. Se ven obras en el predio donde conviven el parque Roberto y la sede social de Racing que, al tener fachada pintada de blanco, se deja ver apenas por la luz amarilla de la avenida. Tal vez, una de las particularidades que destaca a esta comisión es que se creó en un club que tiene su patrimonio dividido. El actual presidente es Washington Lizandro y la SAD está dirigida por Fernando Cavenaghi, ex delantero del club argentino RiverPlate. La asamblea del club, que se realizó en febrero de 2021 en el estadio Centenario, aprobó transformar al antiguo Racing en una SAD por 84 votos a 79. Si bien esta forma de gerenciar y organizar políticamente al club no es nueva en el mundo, data de la década de 1990 en Europa y comenzó en España, en Uruguay desembarcó en 2009, como suele suceder con algunas ideas importadas del norte. El primer club que se conoció como SAD fue Deportivo Maldonado en 2009.
Con este sistema, se crea una asociación civil que traslada a la SAD el “activo deportivo”, que incluye derechos federativos sobre los jugadores y jugadoras, los derechos de televisación y los económicos por transferencias, no los bienes patrimoniales, como la sede social y el estadio. Según dijo Cavenaghi a varios medios uruguayos, el contrato de la SAD es a 45 años, renovable cada diez. Racing, que festejó el 6 de abril de 2022 sus 103 años, se ubicó en los primeros lugares de la tabla de posiciones del campeonato de la Segunda división profesional, con un objetivo indiscutible: ascender.
Si bien la comisión se formalizó en mayo, viene trabajando desde 2020. Las últimas integrantes se sumaron en 2022 y, según comentan ellas mismas, siempre está abierta para continuar recibiendo personas que deseen aportar.
Cuenta Rossana Echeverry que este es el tercer intento de formalizar una comisión en el club: “Siempre estuve participando en la parte social del club de eventos. Se viene remando hace un tiempo. Soy hincha hace muchos años, desde mis quince años, y ahora estoy pisando los cincuenta”.
Valentina Varela, de diecisiete años, la integrante más joven, llegó a la comisión porque su madre, Daniela, que también forma parte, le avisó. “Me copó. Me gusta la idea de que las hinchas que vivimos experiencias fuera de la cancha podamos participar y ayudar, más que nada al fútbol femenino”.
Daniela Centena, de 45 años, se reconoce hincha de Racing desde siempre. “Los viejos fueron hinchas de Racing y heredé ese gusto. En un principio fuimos socios toda la familia, nos enojamos con el cuadro cuando bajó de categoría y no estábamos alineados con la propuesta deportiva en general. Nos borramos, pero no dejamos de venir a los partidos. Nunca habíamos participado desde lo social ni nada, y al descubrir esta comisión nos interesó el perfil y el trabajo. Nos contactamos con Cami y nos sumamos para el festejo del Día de la Madre. Volvimos a ser socios [se ríe]. Estoy feliz de compartir esto con Valentina, porque compartimos la pasión”.
Camila Testón tiene veintitrés años y es la integrante más antigua. “¿Cómo soy hincha? Es larga la historia”, cuenta. “Mis padres se habían separado y mi mamá venía muy seguido a Sayago, porque trabajaba en la casa de la familia Moro. En ese entonces, Enrique Moro era presidente del Club Sayago. En esa casa todos son enfermamente hinchas de Racing y todo el tiempo se hablaba de eso. Un día veníamos caminando con mi papá por Millán y pregunté por qué había gente vestida de verde y blanco, y me dijo que era porque venían a ver al club del barrio. Era tanta la curiosidad que un día fui a un partido de Sayago y luego a ver a Racing. Después apareció la murga Contrafarsa, porque nos gusta el Carnaval, y quedó como algo asociado: Racing, Sayago y Contrafarsa. En 2016 empecé a participar en el movimiento estudiantil del Liceo 26 y conocí a un compañero que siempre usaba la camiseta de Racing. Empezamos a ir juntos a la cancha y hasta el día de hoy, para mí, es ‘Racing, Racing, Racing’. Hay algo que no se explica. Diría mi madre: ‘Vos debés haber sido una vieja hincha de Racing en otra vida’, porque mi día a día es Racing”.
Para intentar explicar qué significa esa reiteración del nombre del club en su vida, Camila comenta: “Me levanto y es Racing. Necesito saber cuándo es el otro partido y sacar la entrada. Lo mismo con las actividades del club. El día que Racing descendió, estuve quince días internada porque me bajó la frecuencia cardíaca estando en la cancha. Es mi salvación también. Estuve mucho tiempo internada y saber que iba a venir a ver a Racing me hacía bien”.
Mariana Voetter tiene 34 años. Se presenta como la integrante más tímida. Cuando toma la palabra, dice: “Estoy en la comisión desde 2020, después de las elecciones. Primero a la Comisión Social y después a la de Género. Soy de Pando. Mi padre y mi abuelo nacieron en Sayago. Mi padre se hizo hincha y empecé a ir a la cancha con él en 2008. Empezó como una costumbre y ahora todo es Racing. Donde veo verde y blanco, es Racing”.
Los comienzos
Para conocer cómo se formó la comisión, todas consultan a Camila. Ella se toma el tiempo para explicar el proceso. “En 2018, en la anterior directiva presidida por Nicolás Núñez, se presentó la idea de la creación de Comisión de Género. Christian Marino, que manejó siempre las redes de Racing y siempre fue muy criticado, porque en la Marcha de la Diversidad o el 20 de mayo se hacían posteos, recibía agresiones constantemente. Con el paso del tiempo se hizo más frecuente y se instaló la idea de que Racing, en fechas como estas, iba a publicar algo. Christian le planteó la creación de la comisión a un grupo de hinchas, que contestaron que, de crearse, debería estar integrada por las mujeres de la directiva, que muy poco sabían. Al terminarse ese período de la directiva, se vendió el club a la SAD y empezamos a preparar las próximas elecciones. Se formó una agrupación llamada Williams Lucas [Lista 11], con el nombre de un ex presidente de Racing. Se presentó un proyecto, escrito por mí, para crear la Comisión de Género. Nos dijeron que sí. En todos los clubes las comisiones son algo aparte y no siempre hay espacio. Entonces seguí hinchando hasta que se realizó un llamado formal para integrar la comisión. Antes había grupos aislados que hacíamos talleres y teníamos algunas inquietudes. Terminamos siendo más integrantes y empezamos con actividades. De esta manera vieron que teníamos intención de trabajar. Es una insistencia permanente”.
Las integrantes de la comisión dan cuenta de esa actitud de insistencia constante en sus propuestas. Reconocen que, además del trabajo concreto en llevar adelante un proyecto, hay una acción política que implica conversar, explicar, compartir con otras y otros sus objetivos. Muchas veces se encuentran con personas afines y, muchas otras, viven situaciones desagradables de rechazo.
“Cuando fue el cumpleaños del club, en abril, previo a la oficialización de la comisión, avisamos que íbamos a crear un ‘punto violeta’ como espacio de sensibilización sobre violencia basada en género y se empezó a arrimar gente. Tuvimos tres consultas puntuales de personas que manifestaron ser víctimas y las derivamos para que fueran atendidas en la Comuna Mujer de la Intendencia de Montevideo. El año pasado habíamos organizado un taller sobre masculinidades con el plantel de jugadores de Primera división y una actividad con Llamale H [Festival Internacional de Cine sobre Diversidad Sexual y de Género de Uruguay] con los chicos y chicas de formativas. Todo siempre remando un montón. Pedimos a la Comisión Directiva que oficializaran la creación de la comisión en actas, este año, hace poco, y se formalizó. Después de un año y medio de insistencia y trabajo”, cuenta Camila.
Ocupar el espacio necesario y más allá
El texto fundacional de la Comisión de Género y Diversidad de Racing dice muchas cosas. Entre ellas, deja claro que existen “necesidades” y que deben atenderse para caminar hacia un deporte más igualitario, sano, justo y libre de violencia. “Construir un sentido del deporte que nos permita pensar en un deporte más justo, más sano, más igualitario, libre de violencia, libre de violencia por motivos de género, trabajar entre todas las estructuras desde todos los actores, para poder lograr un acceso igualitario a la práctica deportiva. Necesitamos romper entre todas y todos esas barreras que aún hoy impiden la permanencia en la práctica deportiva de muchas personas, principalmente mujeres. Necesitamos hacer el mayor esfuerzo en conjunto para lograr la participación de las mujeres en las comisiones directivas de nuestros clubes, federaciones, etcétera. [...] Para ello se requiere un compromiso de toda la comunidad, de todos los que integran la institución y –por qué no– del ámbito deportivo. [...] Necesitamos más deportistas con el compromiso en equidad de género, que no nos alcance solo con jugar, pensemos en un Racing Club de Montevideo más allá. Por eso necesitamos de todas y todos, porque es un mecanismo maravilloso para transformar vidas y si logramos una mirada desde este lugar seguramente podremos construir mucho”.
En la propuesta también definieron un calendario de actividades. ¿Cómo seleccionaron esas fechas?
Camila: La idea es hacer participar a los y las hinchas en los días genéricos, como el Día de la Madre o del Padre. Para el segundo semestre del año se previeron otras fechas, como el Día Internacional del Orgullo LGBT, el Día Nacional de la Prevención del Suicidio, Día Mundial del Fútbol para Niñas, el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Rossana: Tomamos emergentes. Si bien tenemos planificados talleres, también atendemos algunas cosas que van sucediendo en el día a día. Por ejemplo, tuvimos una reunión con el cuerpo técnico del plantel de fútbol femenino y nos preguntaban cómo podemos apoyar al femenino, que forma parte del aspecto social del club y no de la SAD. Entonces, nos pidieron ayuda para generar finanzas para conseguir los equipos deportivos de las jugadoras para el invierno. También para colaborar en conseguir apoyo profesional. Nos contactamos con un colectivo de mujeres psicólogas del deporte que comenzó a trabajar con los dos planteles del femenino [sub 16 y mayor]. Fue un pedido del presidente que estuviéramos ayudando al femenino. Le hicimos ver que no era nuestro objetivo, porque hay una Comisión Social también del club, pero que, si estaba dentro de nuestras posibilidades, lo íbamos a hacer. Conseguimos electrodomésticos con un socio para que puedan realizar una rifa, por ejemplo.
Mariana: La parte deportiva no se hace cargo del plantel femenino, porque no hay obligación de tener fútbol femenino en el club, ya que no está en Primera. Cuando esto cambie y Racing suba, será distinto. Ahí sí es obligatorio.
Rossana: Aclaro que no vino esto como un reclamo, sino que fue una forma de ayudar en las inquietudes que surgen, pero no fue que nos pidieron que nos encargáramos de este tema. En el Día del Niño [y la Niña], vamos a participar en actividades que organiza la Comisión de Asuntos Sociales.
Daniela: Estoy chocha de poder tirar redes para la parte del fútbol femenino, porque las chiquilinas son como el último orejón del tarro. En esta directiva se le ha dado un trato que no han tenido antes. Las jugadoras siempre han usado la ropa que ya no usa el plantel mayor de hombres o el de las inferiores del club. Ellas, ahora, tienen equipos nuevos. Me dan ganas de meter mano a ayudar ahí; no es un peso.
Hacerse sentir
Comenzamos una conversación sobre las perspectivas del feminismo y el deporte. Surgen opiniones diversas, la conversación adquiere tonos más altos. También se producen silencios breves que acompañan el tiempo de la pausa del pensamiento.
Se miran entre ellas, se sonríen. “Esta discusión ya la tuvimos”, dice Camila, que es la primera en decirse feminista. Mariana también se expresa. Comenta que se autodefine feminista y que hace tiempo le está dando vuelta a qué significa eso para ella en su forma de actuar, en su vida. Algunas integrantes comentan que las más jóvenes se nombran primero, pero que a ellas el tema generacional les marca una diferencia. Por ejemplo, Daniela dice: “Adhiero a luchar por la causa. No sé si con un rótulo”.
¿Cuál dirías que es la causa?
Daniela: Las mujeres en el fútbol. Voy sola a ver a Racing o con mi hija y no pasa nada. Es algo que suele suceder. Gritar en la cancha y que no sea de hombre. Buscar la equidad en la cancha. No comparto el rótulo, pero quiero esa igualdad clara en relación con el hombre en todos los espacios.
Rossana: Siempre vine a la cancha sola. Siempre supe que la gente pensaba que yo venía a buscar algo más, a un jugador, un hincha, un hombre. Yo era hincha, pero me decían y me hacían sentir eso. Te estoy hablando de que esto me pasó hasta no hace mucho. Lo viví de gurisa, de joven y de mujer grande. Ahora ya no me pasa. Lo viví desde mi adolescencia y mi juventud. En una etapa pasaba vergüenza y no me arreglaba, porque no quería eso. Ahora no me importa lo que piensen.
Mariana: Yo venía con mi padre siempre. Desde hace años, cuando mi padre ya no venía –falleció– vengo sola. Y me ha pasado que, como llego temprano, me preguntan a quién vine a ver, si soy la novia de algún jugador. Me costó darme cuenta de eso. Tampoco supe qué responder en el momento, pero después lo pensás y es para decir algo, porque te da rabia. Nunca me limité en venir a la cancha, pero nunca me gustó que me preguntaran eso.
Daniela: Cuesta mucho. La otra vez salimos a vender rifas, porque estábamos recién formando la comisión y necesitábamos algo para sustentar los encuentros, y nos encontramos con gente que nos decía que no y ni levantaba la cabeza para tomar la rifa. Igual soy de la idea de predicar con el ejemplo. Vamos a seguir tocando puertas, joder, nos haremos sentir. Es lo mismo que con la SAD, no están afín con nosotras. No importa. Sigamos haciendo cosas y mostremos lo que somos capaces de hacer con el trabajo y desde este lugar. Esto va a abrir otros caminos y les muestra a otras personas que se quieran sumar.
¿Qué temas les preocupan y creen que son los más urgentes para abordar dentro del club?
Camila: Empezar a visibilizar el rol de la mujer dentro de la institución deportiva, que no siempre somos administrativas o limpiadoras. Racing tiene a Florencia Lemus, que es la primera mujer preparadora física dentro del fútbol uruguayo. Que haya mujeres en la dirigencia.
Mariana: Además de erradicar la violencia física en el club, nos interesa también trabajar sobre la violencia verbal. Todos los insultos que se dicen en la cancha hacen referencia a la mujer. Cada vez que eso sucede me deja muy preocupada, porque he escuchado gritos como: “Andá a jugar a las muñecas”.
Daniela: El fútbol es una pasión. Cuando uno está en la cancha está en esa pelota, en esa jugada, en ese córner. Vos estás sentada en la tribuna, pero estás ahí. A veces te salen cosas que no se explican. Mi padre, que tiene 76 años, termina agotado de ver los partidos, a veces se tiene que ir a acostar. Claramente esto no está bien, pero al mismo tiempo nos pone acá en este lugar. Si no sintiéramos eso, no estaríamos en esta comisión, un martes de noche en una reunión.
Camila: El fútbol es como nuestro psicólogo. Venimos a descargar mucho y el espacio es grande como para hacerlo.
Mariana: Capaz que podemos llegar a esperar algo que pasa en el tenis [se ríen, hacen bromas con la idea], donde hay estos insultos y estas formas.
Rossana: Es que donde una mujer le diga a un hombre que no insulte en la tribuna… No estamos preparados para eso. Porque te comés todo el rosario, te perdés el partido y todo eso. Es un tema. No se autorregula, porque te terminás amargando si intervenís en los insultos.
Camila: Racing tiene redactado un “Protocolo de actuación para situaciones de violencia”, pero hay que seguir enmarcándolo en la situación actual del club, desde que se convirtió en SAD. Es que, por ejemplo, para invitar a un jugador o al cuerpo técnico a que vengan a participar del cumpleaños de Racing, previamente hay que enviar una carta formal a la SAD y ver si aprueban que participen. Hay una línea muy delgada que es la siguiente: si publicamos un evento en las redes sociales y tiene inscripción, y un jugador lo ve por ese medio y viene a la actividad, puede. Eso no sería un problema. Lo que no podemos es convocarlos directamente.
Se genera una conversación en la que algunas sostienen que habría que ver si los jugadores se animan en esas condiciones a participar de eventos, porque estas condicionantes o formas de hacer pueden traer consecuencias. Algunas sostienen que esa decisión dependerá de qué tan comprometidos con las causas estén los jugadores que integran el plantel. Si bien esto genera diferentes opiniones, todas acuerdan en que es probable que el jugador que participe sea mirado con cierto recelo.
La directiva de la SAD tomó la decisión drástica de no ceder lugar ni espacio de entrenamiento para algo que no sea de carácter deportivo, porque, según cuentan las integrantes de la comisión, hubo una actividad con familiares de desaparecidos que se realizó en el lugar de entrenamiento y eso no cayó bien en las autoridades de la SAD. Luego de esto, se cortaron las posibilidades y la comisión tuvo que reorganizar el cronograma de actividades.
Aun así y mediante una convocatoria abierta, en julio se realizó una actividad sobre género y violencia en el deporte, que estuvo a cargo de la Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo.
Desde la comisión dejan en claro que se busca unir al club y sus integrantes, y no una confrontación. La comisión, como órgano asesor de la directiva, puede acompañar al club y elevar comentarios a la parte deportiva, pero no puede intervenir en casos puntuales. Algunas de las ideas que están en la propuesta son realizar talleres con adolescentes, tratar asuntos como diversidades sexuales, violencia en el deporte y paternidades adolescentes.
Mirada larga
¿Cómo desean ver a Racing en unos años?
Rossana: Quiero que sea familia, unir el club. Quiero que nos dejen de mirar como bichitos raros que levantan sospechas. Que se entienda que venimos a dar una mano, que el club sea de todos y no de la SAD o de la directiva. Estamos en el ojo de la opinión, porque estamos en la comisión y te preguntan cosas en tono burlón. No hay nada mejor que mostrar el trabajo. Yo no contesto cuando me pasan esas cosas.
Rossana personifica una conversación que para ella es habitual, con el fin de mostrarnos a todas de qué está hablando. Se endereza en la silla y su voz adquiere un cierto tono burlón, con sorna, y dice: “Está todo bien contigo, pero ¿qué es una comisión de género? ¿Qué tiene que hacer? Esto es un club de fútbol, hay que meter huevo acá. Y vos, ¿qué hacés juntándote con esta otra?”. Cuando termina la parodia nos reímos. Alguna vez nos ha pasado algo similar. Quizás sea de esas experiencias que llevamos en el cuerpo primero, antes de haberlas pensado siquiera.
Valentina: Conozco a muchas personas en el femenino y se sienten excluidas. No tienen lugar para entrenar. Quiero que sea incluida la mujer en el fútbol, aunque sea un espacio pequeño del mundo. Creo que en las nuevas generaciones es más natural, pero entiendo que a un hombre mayor le choque que esté ahí y no entienda que no voy a buscar a nadie. Explico el porqué de la lucha y me interesa apoyar a personas que están en situaciones desfavorables.
Daniela: Nos están pasando cosas relindas como comisión. Cada una, desde nuestras diferencias, puede celebrar algunas de las cosas que hemos conseguido: en un partido generamos unos fonditos de la comisión. Mucha gente acompañó con alegría. Quiero colocar a Racing en un lugar importante desde lo deportivo y lo social, en un lugar sublime, donde tiene que estar.
Camila: Soy de la idea de deconstruir las masculinidades. Si un jugador quiere expresar su sexualidad y sus gustos, que no sea señalado. Quiero venir a la cancha de short y que nadie me diga nada por eso. Demostrar que las mujeres no somos el último orejón del tarro. Que las mujeres tengamos el mismo espacio que los hombres. Que sea equitativo.
Mariana: Me gustaría ver a más mujeres en roles vinculados al fútbol, más mujeres en la cancha también (adentro y afuera). Más allá de generar la igualdad, que se entienda que todo lo que hemos vivido como mujeres es muy difícil de explicar o transmitir (los insultos en la calle, estar en la cancha, no poder hablar de fútbol porque sos mujer) y un hombre nunca va a pasar por esto. Les falta la experiencia de todas estas vivencias.
*Para contactar con la Comisión de Género y Diversidades de Racing, se puede escribir a su perfil de Instagram:
@rcmcomisiondegenero.