SÍ, LA VERDAD QUE SÍ
¿Podés guardar un secreto? Tenemos al mejor jugador de fútbol de todo el planeta. Sí, nosotros. El club del barrio, el mismo que hace dos años estuvo a punto de desaparecer porque ya no había divisionales a las que seguir descendiendo. Hasta el día en que el hijo del Chato Saura vino a probarse con nosotros. Su papá decía que tenía un “talento natural” y tuvimos que decirle que sí porque la esposa es la que nos imprime los banderines. ¡No sabés lo que fue esa práctica! Se cansó de hacer goles. Al técnico se le salían los ojos, y estuvo dos días insistiendo que aquello no podía ser cierto, que era una cámara oculta para algún programa de entretenimientos. El Chatito, el pibe, es lo más increíble que vi en mi vida, y yo lo vi al Patito Aguilera en las inferiores y le dije a más de uno que tenía futuro en Europa. Vos pensarás que estoy exagerando, pero te juro que es así. Lo pusimos de titular al fin de semana siguiente, porque en la liga amateur no te piden ni la ficha médica. Alcanza con que consigas a once tipos que lleguen en hora al partido, y más de una vez jugamos con diez porque el Turco Paiva se agarraba esos pedos azules que se despertaba sin saber qué día era. El primer partido del Chatito lo ganamos cuatro a cero con tres goles suyos; el otro lo dieron en contra porque dice el juez que rebotó en la espalda de un defensa y entró. ¡Pero si no rebotaba la clavaba en el ángulo! Después de eso ganamos como cinco partidos seguidos y, claro, se empezó a correr la bola. Todos querían ver jugar al Chatito. Una vez salieron dos autos hasta la cancha en la que jugábamos, que es un montón. Ahí lo que hicimos fue ponerlo solamente los primeros minutos, para que hiciera un par de goles y después cuidarlo, porque los contrarios lo querían cagar a patadas. Llegamos a darle algún partido de descanso, o le pedíamos que no hiciera tantos golpes. Total, salimos campeones dos fechas antes y subimos a la C, aunque ahora le dicen Primera División Amateur. Ahí la cosa cambia, tenés que anotar al equipo, hasta cédula les piden. Hay otro reglamento. Por suerte tampoco le dan bola, así que pudimos poner al Chatito casi todo el campeonato. De punta a punta lo ganamos. Y este pibe jugaba cada vez mejor, porque es como que se agranda contra rivales que saben jugar a la pelota. Hubo un periodista de un diario, no me preguntes cuál, que le grabó una nota. Lo agarró cuando nosotros estábamos cargando las cosas en la moto. Y estuvo a punto de ser publicada, hasta que el Chumbo y el Oreja le cayeron a la casa de noche y le explicaron lo que le podía pasar. No me mires así, sabés que con la barra brava yo no tengo relación. ¡Ni siquiera soy dirigente! Solo voy cuando nuestro querido presidente, el Turco Paiva, se mama y no hay quórum. Lo importante es que mantuvimos el bajo perfil del Chatito, porque imaginate que nosotros le pagábamos los boletos y unos ravioles que sacamos de canje, pero está para jugar en cualquier liga del mundo. Por suerte el Chato, el padre, es tan hincha nuestro que prefiere que siga acá. Y el nene quiere fama, quiere plata, que se la merece, ojo, pero sube sus videos a un Instagram con candadito que no lo ve ni la madre. Ahora que estamos en la B hubo que pagar sueldos, y decidimos que todos ganen lo mismo, desde esta bestia hasta los más perros, que son absolutamente todos los demás. Para no levantar la perdiz, porque un contrato grande salta enseguida. Igual ya vinieron un par de contratistas, de los más terrajas, de esos que te quieren convencer con más ravioles que los que conseguíamos nosotros. Ya se está haciendo difícil esconderlo al Chatito: lo hicimos jugar con camisetas cambiadas, con los botines un talle más chico para que no ande tan bien, hasta le pusimos unos bigotes falsos que al final terminaban llamando más la atención. Este año ya está liquidado, el campeonato ya es nuestro, pero queremos tenerlo para jugar en Primera. Estamos convencidos de que con él y diez perros, como los que tenemos ahora, a Nacional y Peñarol le pintamos la cara. Pero bien pintada. El tema va a ser cuando llegue el período de pases. ¿Cómo hacemos para que no se lo lleven? Ese es el desafío. Porque donde lo aguantemos un año más, no te exagero, salimos campeones de América. Vos porque no lo viste jugar. Y mejor que sigas sin verlo, cuantas menos personas sepan del Chatito, mejor para nosotros. Bueno, ¿me trajiste las pelucas que te pedí? Este sábado juega para la televisión.