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La salida de Tabárez, el discurso de Alonso y el Mundial, por Jorge Señorans




UNA CHARLA DE FÚTBOL CON EL PROFE PIÑEYRÚA

 

El Profe Piñeyrúa no oculta sus sentimientos. La salida del Maestro Tabárez de la selección le generó desilusión. Llegó a tomarla como una derrota personal. La llegada de Diego Alonso no le provocó nada. Es más, dice no haber comprado el discurso del nuevo entrenador. La actuación de Uruguay en el Mundial lo terminó por desencantar a tal grado que afirma que los dirigentes no deberían renovar el contrato del entrenador.

 

En un mano a mano con Túnel, el profesor Ricardo Piñeyrúa desarrolló su balance sobre el Mundial, la consagración de Lionel Messi y la actuación de la selección uruguaya.

 

¿Qué te dejó el Mundial de Catar?

Desde el punto de vista futbolístico ya casi no hay grandes modificaciones. Hubo algunos ensayos tácticos de jugar con línea de tres o de cinco que más o menos es siempre lo mismo, las obligaciones son siempre las mismas y, al contrario de lo que decía [Carlos Salvador] Bilardo, los punteros se han revalorizado cada vez más y son los que definen los juegos. Y agregaría que, más que los punteros, son los extremos quienes lo han hecho.

 

Muchos entrenadores remarcaron el hecho de que fue un mundial físico.

Me parece que estamos ante un proceso en el que el aumento de la capacidad física de los jugadores es tal que cada vez hay menos posibilidades de jugar y hacer cosas diferentes. Más allá de los sistemas, lo que termina definiendo es la capacidad individual de algunos jugadores para resolver situaciones que otros no pueden y de esa manera rompen esquemas. No hay equipo que no trabaje, todos trabajan. Es impensable ver que un equipo que no esté detrás de la línea de la pelota pueda llegar a algún lado, pero la utilización de los laterales para ganar espacios y la habilidad individual es lo que determina las cosas. De hecho, Messi en Argentina y Mbappé o Griezmann en Francia hicieron la diferencia.

 

¿Te sorprendió algún equipo?

Sacando a Marruecos, no hubo novedades. Siempre son los mismos, Argentina, que en 2014 perdió la final; Francia, que el mundial pasado fue campeón y ahora terminó como vice; Croacia, que en el pasado mundial fue vice y en este terminó tercero. Llegaron Brasil, Inglaterra. Las potencias siguen siendo las mismas, más o menos ese grupo de ocho o diez equipos siguen siendo los mismos, y es una confirmación de que hay un elemento cultural en el fútbol que pesa mucho. Es curioso que tanto el fútbol africano como el asiático no logren llegar a posiciones importantes en los mundiales. Solo ahora con Marruecos, y con Corea hace unos años, pudieron estar entre los cuatro mejores. Curiosamente, los franceses, muchos descendientes de africanos, son campeones en el mundial pasado y vicecampeones en Catar. ¿A qué voy con esto? A que confirma lo cultural y organizativo. Esos jugadores con ese biotipo, en un ámbito organizado y con fuerte cultura futbolística, como Francia, fueron campeones y vicecampeones del mundo en los últimos dos mundiales.

[Antes de la siguiente pregunta, el Profe Piñeyrúa interrumpe para hablar de otro tema que le llamó la atención durante el Mundial: la FIFA]. Es increíble la voracidad de la FIFA por dominar todo, la prohibición a la expresión de las personas, a los jugadores de decir lo que piensan, de ponerse un brazalete por la diversidad o lo que sea. Es tremendo el control absoluto que pone la FIFA permanentemente. La frase de este mundial debería haber sido “abrió un expediente”, porque todos los días la noticia era que la FIFA abría un expediente, por cualquier cosa te abrían un expediente.

Lo otro es que hay tantos equipos que, más allá de la decepción de Uruguay, el Mundial empezó, desde lo futbolístico, en los octavos de final. Entonces, imaginar un mundial con 48 equipos es muy difícil, hablando claro: va a jugar cualquiera. Y nos mata las eliminatorias, no van a tener la misma emoción, porque ya va a ser casi imposible quedar afuera de un mundial.

¿En este mundial se derrumbó el mito del juego de posesión?

No, yo creo que no. ¿Pensando en lo que le pasó a España, por ejemplo?

 

Fue el ejemplo más claro y del que muchos se agarraron.

Yo creo que no. Esas son las cosas lindas que pasan en el fútbol, esa discusión sobre si marcan en zona, con líbero y stopper, poner o no punteros, son discusiones que siempre están, van y vienen. A España le faltó profundidad. Está muy asociado a lo que dije antes, a tener jugadores que rompan los esquemas. Vos jugás a tenerla y, por ejemplo, te toca jugar con Marruecos, que cierra espacios, entonces, si no tenés un tipo que rompa, no podés ganar por más que tengas la pelota. Quedó claro que tener la pelota por sí mismo no es un valor, es una herramienta, pero no un valor. Los jugadores recorren cada vez más kilómetros, pero los espacios se achican porque la cancha tiene las mismas medidas. Esto quiere decir que hay menos lugares en la cancha. Si tenés buenas defensas y no tenés jugadores con habilidad para sortear eso, estás liquidado. El riesgo que corremos es que esto se transforme en un aburrimiento. Se preocupan más por no perder que por ganar, lo cual no digo que esté mal, es una realidad.

 

¿Por qué la mayoría de los equipos cedió la iniciativa a sus rivales?

Porque es mucho más fácil. Esto lo aprendimos con Tabárez, hay equipos que son de propuesta y otros de limitación. Si voy a jugar con Francia, ¿qué tengo qué hacer? Limitarlo, y eso lo piensan todos. Todo el mundo sabe quién es quién, cómo juegan, y ya sabés qué equipo te va a ceder la iniciativa y cuando llegues a la zona de influencia te va a esperar como diciendo: “Veremos si sos capaz de vulnerarme”.

 

Mencionaste a Francia y las precauciones que toman los equipos que la enfrentan; sin embargo, Argentina se plantó. ¿Te sorprendió el plan de Scaloni en la final?

Sí. En el mundial se había notado que Francia era un equipo que no tenía mucha resistencia cuando lo presionaban. Era un equipo de veinte o veinticinco minutos en el partido. Supongo que Scaloni pensó en evitar que ese tiempo de presión que haría Francia no fuera en el arranque para que no le sacara ventaja. Por eso, creo, Argentina salió con todo, lo presionó, le sacó ventaja y luego Francia, a quien le costó mucho reaccionar y estuvo para el cachetazo, se encontró con el penal que lo puso en el partido. Hubo poco tiempo en el que fuera un equipo agresivo. En muchos momentos pareció entregado.

 

En el primer tiempo quedó la sensación de que Argentina salió a jugar una final y Francia un partido más. ¿Influye la actitud sudamericana, esa forma tan nuestra de sentir el fútbol, para afrontar este tipo de partidos?

Sí, creo que sí, que hay una capacidad del fútbol sudamericano para tener una agresividad que no tiene el fútbol europeo, o algunos países europeos. Capaz que es de herencia italiana. Está asociado a la forma de concebir el fútbol acá, que lo sentís como se vive en las eliminatorias y la Libertadores. Vos mirás la Copa Libertadores y la Champions y son distintas. Una es una batalla y otra es un partido de fútbol.

¿Fue un acto de justicia que Messi, considerado como el mejor jugador del mundo, pudiera ganar el Mundial?

El acto de justicia es para otros, no para él. Messi es el mejor del mundo, hace quince años que está en el más alto nivel, balones de oro, campeón de América, de la Champions, lo que pasa que hay una cosa de escepticismo, que es simbólica, que decía que tenía que ser campeón del mundo, si no era un fracaso. ¡Paren un poco! Tampoco es tan fácil, por más que sea Messi. Un tipo solo no saca campeón del mundo a un equipo. Messi tuvo buenos compañeros, como el pibe del medio, Enzo Fernández, que fue un fenómeno, el golero, Di María. No creo que fuera un acto de justicia, creo que coincidió que supieron rodear a Messi con una propuesta inteligente que ordenó esa locura que era Argentina y la aisló de la presión que tiene la prensa argentina. Si hubieran perdido la final, para la prensa argentina hubieran sido unos pecho fríos.

 

¿Esto también termina con la eterna comparación a la que fue sometido Messi con Maradona?

Claro, eso sí, se sacó esa mochila y ya no lo van a poder comparar con Maradona. No van a poder decir más que Maradona ganó un mundial y Messi no. Ahora van a poder decir que Messi ganó una Copa América y Maradona no. [Alejandro] Dolina dijo que no se puede comparar a Maradona con Messi y dijo algo así como que Messi es Dios y Maradona es un hombre. Como diciendo que Messi está por encima de todo, no es humano, no comete los errores de Maradona. Son incomparables, Maradona será toda la vida Maradona. Es un mito indestructible.

 

El Mundial de Catar también marca el fin de una generación de futbolistas que deja su huella.

Sí, hay casi toda una historia de doce años, de 2010 a 2022, tres mundiales. Se fueron Müller, pavada de jugador, Cristiano, Neuer, Busquets, los de Uruguay, una cantidad de jugadores que fueron estrellas y marcaron un dominio mundial que probablemente se despidieron y den un paso al costado. Es muy interesante para los sociólogos el hecho de que siempre suceda que hay una generación que domina y se transforma en un tapón para que vengan nuevas generaciones. Esa lista de los de arriba se empezó a apagar, es la ley de la vida.

 

¿Mbappé será el nuevo líder?

Creo que no. Es muy difícil de saber. Es una discusión que siempre está. Estuvo Pelé, cuando se fue apareció Cruyff, pero la figura del mundo fue Maradona. Ni Cruyff, ni Rolando, ni Rivaldo, ninguno de esos fue Maradona. Luego de Maradona vino Messi, y ahora para que aparezca alguien tan indiscutido como Messi, al que ni siquiera Cristiano le sacó el lugar, va a ser muy difícil. Vamos a ver si Mbappé llega a tener el grado de impacto que tuvo Messi durante quince años, como en su momento lo tuvieron Maradona o Pelé.

 

Ya hablaste del sentimiento que te provocó la salida de Tabárez, pero ¿qué te dejó la participación de Uruguay en el Mundial?

Me decepcionó. Esperaba que Uruguay pasara a octavos de final. Creo que no es una obligación, pero tenía plantel y jugadores, y era la expectativa que teníamos todos, teniendo en cuenta que en los últimos mundiales pasamos siempre de fase. Me decepcionó que no se hubiera logrado. La propuesta futbolística no me pareció acertada. En un grupo que tenía un rival importante, como Portugal, no fue buena idea a jugar a la defensiva todos los partidos, guardarse cartas importantes en el banco. La prueba de Giorgian de Arrascaeta es elocuente.

 

Por lo que decís, te sorprendió que defendiera tan atrás.

No me gustó la propuesta y me pareció que nos equivocamos en la valoración de Valverde y en atribuirle tanta cosa, como eso de que es un halcón. No sé si eso, en definitiva, no provocó que se preocupara más por esas cosas que por ser el jugador que es en el Real Madrid. No me gustó, me pareció pobre lo de Uruguay.

¿Vos compraste el discurso de Diego Alonso?

No, nunca lo compré. Es más, no sé cuál fue la argumentación para poner a Alonso como técnico de la selección. No sé qué hizo el Ejecutivo de la AUF, me parece que la selección necesita otro tipo de técnico, más racional y no tan pasional, de “Vamos a ganar el Mundial”. Se necesitan otras cosas. Es más, creo que no deberían renovarle el contrato, pero no por lo que pasó en el Mundial, sino para acortar la grieta.

 

¿A qué grieta te referís?

Alonso es el que le sacó el lugar a Tabárez y esa grieta Alonso-Tabárez no la van a acortar nunca. Ojalá que no pierdan el trabajo de todo este tiempo. En el Mundial ya hubo declaraciones de los jugadores complicadas, y luego se la agarraron con un preparador físico. Eso antes no pasaba.

 

¿Te sorprendió todo eso que pasó, que la delegación haya vuelto en medio de esos rumores como el del profesor y el diferendo entre el secretario deportivo y el presidente de Nacional?

Claro que me sorprendió. Van a buscar a un tipo [el profesor Óscar Ortega] que labura en el mejor nivel, tienen que hacer un lío para que pueda venir y luego dicen que es antiguo en la entrada en calor. Están hablando de un top que labura con Simeone. ¿De qué están hablando? ¿Una entrada en calor antigua? Lo fueron a buscar porque es motivador y para que con su experiencia pudiera suplir la inexperiencia de Alonso, y terminaron con un absurdo de que la señora estaba en el hotel o que el lugar no era adecuado para concentrar y a alguien no le gustó. Está cambiando todo y los dirigentes están pasando a cumplir otra vez un rol preponderante, cuando en realidad deberían cumplirlo los profesionales. Y eso tenía Tabárez, les ponía un límite a los dirigentes y nos les permitía tener un rol preponderante.

 

 

 

 

“No fui al Mundial por muchos motivos y uno fue la salida de Tabárez”

 

¿Por qué no fuiste al Mundial de Catar 2022?

Por muchos motivos. Principalmente un motivo vinculado a que no tengo ganas, directamente. No tenía ganas porque no me atraía el lugar donde se hacía el Mundial, porque los mundiales son estresantes, hay que moverse mucho y hacer muchas cosas. Además, el año pasado tuve un pinzamiento lumbar muy fuerte. Entonces, entre esas dificultades, entre que no tenía ganas, no me entusiasmaba el lugar y temía por el estrés, terminé decidiendo no concurrir. Y otra cosa, vamos a decir la verdad, la salida de Tabárez de la selección también me desilusionó un poco. Me sentí como cansado de esta selección. Todo eso, sumado a lo que dije, me fueron trabajando en la cabeza.

 

¿Por qué te generó ese sentimiento la salida de Tabárez como director técnico de Uruguay?

Porque, primero que nada, fue apresurada. No quiero hacer juicios, pero me da la sensación de que hubo un manejo para sacar no solo a Tabárez, sino a toda su forma de pensar y actuar al frente de la selección. Todo lo que hizo, referido a una forma de concebir el fútbol y la sociedad, lo borraron aprovechando sus propios errores, porque los responsables de haber llegado a aquella situación fueron los dirigentes al haber aceptado un cambio de fixture de las eliminatorias. A la prueba está que Uruguay perdió dos partidos con el campeón del mundo [Argentina], con Brasil y con Bolivia en La Paz, donde la estadística dice que se pierde muchas veces. No había ningún elemento objetivo, salvo la ansiedad que les surgió por sacar a Tabárez, y eso me generó como una sensación de derrota personal.

 

¿Por qué lo tomaste así?

Siempre planteé que lo de Tabárez y la selección era un ejemplo de que en Uruguay se podían hacer las cosas bien. Y esto que pasó fue volver  atrás. No tiene nada que ver con quien lo sustituyó. A Diego Alonso no lo conozco, no fui a la conferencia de presentación, nunca hablé con él. Otra cosa fue quitarnos, además, una posibilidad fantástica que era llegar con el entrenador más longevo del Mundial, con una historia increíble, y siendo un ejemplo, porque hasta Scaloni lo reconoció diciendo que ojalá que Argentina pudiera tener un proceso de quince años como el que hizo Tabárez en Uruguay. Todo eso lo tiraron a la basura por el temor de no ir al mundial, que en definitiva nadie puede saber si se clasificaba o no. Eso es algo que se cortó y me desilusionó.

 




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